Las conozco, las horribles, las tejedoras envueltas en pelusas,
en colores que crecen de las manos del hilo
al cuajo tembloroso moviéndose en la red de dedos ávidos.
Hijas de la siesta, pálidas escondidas del sol,
en cada patio con tinajas crece su veneno y su paciencia,
en las terrazas al anochecer, en las veredas de los barrios,
en el espacio sucio de bocinas y lamentos de la radio,
en cada hueco donde el tiempo sea un pulóver.
Teje, mujer verde, mujer húmeda, teje, teje,
amontona material putrescibles sobre tu falda de donde
brotaron tus hijos,
esa lenta manera de vida, ese aceite de oficinas y
universidades,
esa pasión de domingo a la tarde en las tribunas.
Sé que tejen de noche, a horas secretas, se levantan del sueño
y tejen en silencio, en la tiniebla; he parado en hoteles
donde cada pieza a oscuras era una tejedora, una manga
gris o blanca saliendo debajo de la puerta, y tejen en los bancos,
detrás de los cristales empañados, en las letrinas tejen, y
en los fríos lechos matrimoniales tejen de espaldas al ronquido.
Tejen olvido, estupidez y lágrimas,
tejen, de día y noche tejen la ropa interna, tejen la bolsa
donde se ahoga el corazón,
tejen campanas rojas y mitones violeta para envolvernos las rodillas,
y nuestra voz es el ovillo para tu tejido, araña amor, y este cansancio
nos cubre, arropa el alma con punto cruz punto cadena
Santa Clara,
la muerte es un tejido sin color y nos lo estás tejiendo.
¡Ahí vienen, vienen! Monstruos de nombre blando,
tejedoras,
hacendosas mujeres de los hogares nacionales, oficinistas,
rubias,
mantenidas, pálidas novicias. Los marineros tejen,
las enfermas envueltas en biombos tejen para el insomnio,
del rascacielo bajan flecos enormes de tejidos, la ciudad
está envuelta en lanas como vómitos verdes y violeta.
Ya están aquí, ya se levantan sin hablar,
solamente las manos donde agujas brillantes van y vienen,
y tienen manos en la cara, en cada seno tienen manos, son
ciempiés son cienmanos tejiendo en un silencio insoportable
de tangos y discursos.
Confieso que si pudiera editaria y a mi antojo quedaria
solo aquello que con letras violetas he escrito...
No señor no somos Monstruos!!
Somos hadas
que del cielo toman trozos de nube para hilar,
que remiendan las alas de las mariposas y libelulas,
que aprenden de las arañas puntos y tecnicas
para cubrir a nuestros angeles con sueños...
Ese Cortazar !!
De seguro su madre no tejia!
O alguna novia le atraveso el corazón con la saeta de sus agujas!!
Jajajaja...Que como dice el viejo poema:
" Ay señor! Quien supiera escribir! "
La pena es que muchos hombres piensan como este señor,
entre ellos mi marido, que me considera fanatica del tejido...
Ayy, si cada punto es un te quiero que tejo alrededor de tu cuello
querido mio...
Solo dejo nota de "un corazón esperando bloqueo"...
Jajaja...Tal vez con eso los puntos luzcan mejor
y se aprecien bien...
Y por si quedara duda,
yo aqui sigo tejiendo!!
Feliz Mitad de Semana!!
Hay Jud si ya de por si nunca me gustó Cortazar pues ahora menos jajaja.
ResponderEliminarDefinitivamente algo hay detrás de esas palabras, pero coincido contigo, somos hadas creadoras, no monstruos.
uf que fuerte me parece.
ResponderEliminarestoy con vosotras
muy buena reflexion amiga, siempre tan aguda me encantas y ha seguir tejiendo besos http://sandy-pensandoenvozalta.blogspot.com/
ResponderEliminarPor el poema, se ve que, Don Julio, (QEPD) tenía tiempo de sobra en sus manos, para escribir barrabasadas sobre las tejedoras. ¿Cuál sería la afronta que le hicimos? ¿Nos negamos acaso a tejerle unos clacetines o unos mitones para calentarle sus entumidos dedos? Por algo sería...
ResponderEliminar¿Por qué desperdició su talento escribiendo tan negativamente sobre las creativas tejedoras? ¿Envidia, de que él no sabía tejer? ¿O se le agotaron los temas y no se le ocurrió otra cosa que "vomitar" insultos a las tejedoras?
Tal vez él no estaba enterado, pero también los hombres tejen.
Parafraseandolo: El poema es, horrible, venenoso, putrefacto, estúpido, y probablemente escrito en papel del baño en una letrina.
Meximissus, desde Canadá.
HOLA, ESTOY DE ACUERDO CON UDS. CREO QUE EL SR. NO TENIA ABUELA Y NO SABIA QUE EL TEJER ES UN ARTE, EL TIEMPO QUE USO EN HACER ESA PORQUERIA DEBIO DE CREAR ALOGO BELLO. SALUDOS.
ResponderEliminarBERTHA, DESDE JALISCO (JUANACATLAN)
Hola gentes! llegué aca por Bigú... me gusta cortázar, todas las mujeres de mi familia tejen desde siempre... no considero ofensivo el poema, seguramente se habrá sentido desplazado o no atendido por las tejedoras indiferentes de su infancia... a mi amorsis le gusta lo que hago, pero cuando me ve muy "enfrascada" en el tejido, no le gusta! también quiere un poco de atención! No se enojen con Cortázar! como escribió esto podría (y a lo mejor lo hizo) haber escrito loas!! era un grande!
ResponderEliminarEs un poema, una obra de arte, no creo que Cortazar tenga nada contra las tejedoras. Solo combinaba palabras de una forma magistral. Tiene muchas imágenes ese poema y las comparto, de chico así veía a mi abuela cuando tejía con esos ovillos gigantes y las madejas en la silla.
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